En México, la ley establece una "zona restringida" que comprende una franja de 100 kilómetros a lo largo de las fronteras y 50 kilómetros en las playas. Dentro de esta zona, los extranjeros no pueden adquirir propiedades directamente a su nombre. Para permitir y regular la inversión extranjera, se creó la figura del fideicomiso bancario.
Antecedentes de la zona restringida y los fideicomisos
El concepto de zona restringida surge del Artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, promulgada en 1917, que establece que solo los mexicanos por nacimiento o naturalización pueden adquirir el dominio directo de tierras y aguas dentro de dichas franjas. Esta medida buscaba proteger la soberanía nacional, especialmente en áreas estratégicas.
Sin embargo, a medida que México fue abriendo su economía al comercio e inversión internacional, se reconoció la necesidad de ofrecer un mecanismo seguro y legal para que los extranjeros pudieran participar en el mercado inmobiliario. Así, en la década de 1970, mediante reformas legales y reglamentarias, se permitió que los extranjeros adquirieran derechos de uso y disfrute de bienes inmuebles dentro de la zona restringida a través de fideicomisos bancarios.
El fideicomiso en México es una figura de derecho civil que se regula en la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito. Es un contrato en el cual el fideicomitente (en este caso, el comprador) transmite la propiedad de un bien a una institución financiera (el fideicomisario), que la administra para beneficio de un tercero (el beneficiario, que sigue siendo el comprador extranjero).
¿Cómo funciona el fideicomiso inmobiliario?
A través de un fideicomiso:
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El banco mantiene la titularidad de la propiedad, pero el comprador extranjero tiene todos los derechos de uso, disfrute, arrendamiento, mejora, venta y herencia de la propiedad.
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El beneficiario puede designar sucesores para asegurar que, en caso de fallecimiento, la propiedad se transfiera sin necesidad de complejos trámites testamentarios.
Bancos más solicitados para establecer fideicomisos
Algunos de los bancos más reconocidos y confiables para la constitución de fideicomisos inmobiliarios son:
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BBVA México
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Banorte
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Scotiabank
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Santander México
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Banco del Bajío
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Inbursa
Cada uno ofrece diferentes paquetes de tarifas de apertura y administración anual, por lo que es recomendable comparar servicios antes de tomar una decisión.
Procedimiento para establecer un fideicomiso inmobiliario
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Oferta de compra: Se negocian los términos de la compraventa entre comprador y vendedor.
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Selección del banco: Se elige el banco que administrará el fideicomiso.
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Solicitud de permiso a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE): El banco tramita el permiso necesario para constituir el fideicomiso a nombre del comprador extranjero.
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Elaboración del contrato de fideicomiso: Redactado y aprobado en coordinación con el banco y el notario.
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Firma ante notario público: El comprador firma la escritura pública que formaliza el fideicomiso.
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Registro: El notario inscribe el fideicomiso en el Registro Público de la Propiedad, garantizando su validez legal.
Costo de establecimiento y mantenimiento del fideicomiso
La constitución y mantenimiento de un fideicomiso inmobiliario implica ciertos costos que deben considerarse:
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Costo de apertura: El banco cobra una tarifa única inicial que generalmente oscila entre $1,500 y $2,500 USD, dependiendo de la institución bancaria y de la ubicación del inmueble.
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Costo anual de administración: Cada año se debe pagar una tarifa de mantenimiento que usualmente varía entre $500 y $1,200 USD. Este pago cubre la administración legal y fiscal del fideicomiso por parte del banco.
Estos montos pueden ajustarse de forma anual, dependiendo de la política interna de cada banco o por la inflación.
¿Cómo se pagan?
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El costo de apertura se paga una sola vez al momento de formalizar el fideicomiso, habitualmente como parte de los gastos de cierre de la operación de compraventa.
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La cuota anual de mantenimiento debe pagarse cada año en la fecha de aniversario del fideicomiso, directamente al banco fiduciario. El banco usualmente emite un aviso o factura, y el pago puede hacerse mediante transferencia bancaria nacional o internacional, depósito bancario o cargo automático en una cuenta establecida.
En caso de falta de pago de la cuota anual, el banco puede cobrar intereses por mora e incluso, en escenarios extremos, iniciar procedimientos para proteger su interés fiduciario, por lo que es importante cumplir puntualmente con estos pagos.
Duración y renovación del fideicomiso
El fideicomiso se establece inicialmente por 50 años. Al término de este período, puede renovarse por otros 50 años, tantas veces como se desee, permitiendo una posesión continua y segura de la propiedad para el beneficiario y sus sucesores.
El fideicomiso inmobiliario es una solución segura, legal y eficiente para que los extranjeros inviertan en propiedades dentro de la zona restringida en México. Además de proteger la soberanía nacional, esta figura fomenta el crecimiento del sector inmobiliario y brinda certeza jurídica tanto al comprador como al mercado en general.
Invertir en México nunca había sido tan accesible y protegido.